PRIMEROS PASOS PARA EMPEZAR NUESTRO HUERTO ECOLÓGICO

Factores a analizar para saber cómo empezar nuestro huerto ecológico de la mejor manera, y obtener así los mejores resultados

 

Tenemos que tener en cuenta diferentes aspectos antes de empezar nuestro huerto ecológico. Estamos decididos a hacerlo para comer de una manera más saludable, para estar más activos o para ahorrar, por ejemplo. Pero hay muchas posibilidades diferentes y tenemos que escoger qué será más satisfactorio para nosotros.

Si no tenemos demasiada experiencia en el mundo de la agricultura, aconsejamos comenzar con pocas especies, un año de prueba, para ver qué habilidades tenemos, el tiempo del que disponemos, etc. Tendremos que tener en cuenta estos factores:

  1. El espacio del que disponemos: todo irá condicionado por nuestro espacio. Lo ideal es tener una parcela de terreno en el jardín o fuera de casa, pero también podemos cultivar en macetas en balcones y terrazas, tal y como vimos en el artículo “Las mejores hortalizas para cultivar en casa”.

En maceta tendremos que cultivar especias que no hagan mucha raíz, como por ejemplo hierbas aromáticas y especias o lechugas; mientras que si disponemos de un pequeño terreno tendremos mucha más libertad. Tenemos que ver si predomina el espacio en vertical o en horizontal, para decidir el tipo de hortaliza que plantar. Por ejemplo, las tomateras y los pepinos son plantas altas, mientras que las zanahorias y las patatas son bajas al tener el fruto debajo tierra. De la misma manera, si tenemos poco espacio tendremos que escoger especias que no se hagan muy grandes como las cebollas, los rábanos o los ajos. Una buena solución también pueden ser las variedades mini.

  1. Las condiciones meteorológicas: tendremos que analizar nuestro clima para tener en cuenta los recursos de los que disponemos. Es importante tener en cuenta la cantidad de agua de la que dispondremos de manera natural, es decir de la lluvia, para escoger plantas de más o menos secano y los sistemas de riego adecuados.

De la misma manera, tenemos que comprobar las horas de sol de las que disponemos en cada zona para distribuir las plantas de la mejor manera. Hay muchas que no necesitan sol directo, sino que se conforman con la luz y las podemos colocar en la sombra la mayor parte del día como les fresas o algunas hortalizas de hoja.

También es importante la exposición al viento, que tenemos que intentar que sea la menor posible. El viento fuerte causa daños en nuestras plantas como la caída de frutos, pero necesitamos una pequeña brisa para la correcta transpiración de los vegetales por ejemplo. Es ideal hacer huerto en un nivel rebajado o por ejemplo, al lado de una plantación de árboles fruteros que tapen la exposición directa. Igualmente, siempre podemos colocar algunos arbustos o rejas artificiales para pararlo un poco.

  1. Tiempo y herramientas de las que disponemos: un huerto tan si es ecológico como si no lo es, requiere unas ciertas horas de trabajo. Normalmente comenzamos el proyecto con mucha motivación pero después nos faltan horas para cultivar correctamente, por eso aconsejamos empezar con poco espacio y pocas especies para ir adquiriendo experiencia.

Empezar un huerto supone una gran inversión de tiempo: tenemos que adecuar el terreno, plantar, regar, podar algunas especies, etc. hasta llegar a recoger. Recomendamos estudiar el mantenimiento que suponen las diferentes especies para escoger cuáles son las más adecuadas, y contar con alguna persona que nos pueda ayudar.

También es importante tener en cuenta si disponemos de algún tipo de maquinaria como por ejemplo motocultor, y de qué manera haremos el riego. La mejor opción es instalar un sistema de gota a gota que requiere un poco de inversión inicial, pero supone un gran ahorro a la larga.

  1. Nuestra dieta: por último pero no menos importante, tenemos que pensar qué tipo de hortalizas consumimos más frecuentemente y adaptar nuestro huerto a nuestra dieta. Tenemos que adecuar las cantidades cultivadas a nuestro consumo para no pasarnos. Recomendamos plantar mayoritariamente productos que consumimos prácticamente a diario como las cebollas, tomates o lechugas.

Tenemos que tener en cuenta que la cosecha llega prácticamente toda a la vez, y que muchas veces no damos abasto. En muchos casos, una solución puede ser hacer conservas, mermeladas o congelar el producto ya hervido o en crema, por ejemplo.