Cuando utilizamos esta expresión, no nos referimos a todos los químicos, si no a los que pueden ser nocivos o peligrosos para nuestra salud y el medio ambiente
Cuando hablamos de la vida libre de químicos o de productos sin químicos, evidentemente no nos referimos a cualquier sustancia química. Son expresiones que se utilizan para hacer referencia a las sustancias químicas que pueden ser nocivas o peligrosas para nuestra salud y el planeta.
Los químicos en general forman parte de la mayoría de aspectos de nuestra vida, y muchos nos la hacen mucho más segura y fácil. La especie humana ha avanzado muchísimo gracias a la química, por eso también existe la expresión contraria “todo es química”.
En realidad, no es cierta científicamente ninguna de las dos expresiones. Ni toda la química es “buena” ni toda es “mala”, y tampoco es que todo se pueda explicar gracias a la química, ni que sea posible vivir sin químicos o tener un producto libre de químicos. Así pues, tenemos que saber interpretar estas expresiones.
Teniendo en cuenta que la química es, según la Real Academia Española, la ciencia que estudia la estructura, propiedades y transformaciones de los cuerpos a partir de su composición; cualquier objeto está compuesto por distintos elementos, así que, si todo tiene una composición se puede decir que todo tiene química.
Por otro lado, cuando hablamos de vivir sin químicos, nos referimos a sustancias químicas sintéticas que pueden ser nocivas. Se trata de elementos que tienen el origen en un laboratorio i que a menudo intentan imitar a los elementos naturales. Muchos de ellos, están fabricados a partir de algún derivado del petróleo, y acostumbran a aplicarse para mejorar la conservación, cambiar texturas, colores y olores, entre otros.
El solo hecho de ser elementos creados en un laboratorio no quiere decir que sean peligrosos, ya que hay sustancias artificiales que nos son muy beneficiosas como las medicinas, así como hay elementos naturales que nos son muy perjudiciales como el veneno de plantas y animales.
Las sustancias químicas nocivas, que no son todos los elementos químicos ni todos los sintéticos, se definen como elementos que pueden suponer un riesgo para la salud y/o una reacción alérgica, así como los que suponen un peligro para el medio. Normalmente penetran en nuestro cuerpo por inhalación, ingestión o absorción a través de la piel, de la misma forma que lo hacen en las plantas, el agua, el aire o el suelo.
La mayoría son legales en pequeñas cantidades, así que nos los encontramos en muchos productos que utilizamos a diario. Normalmente, pero, no se tienen en cuenta sus efectos a lo largo de los años ni en combinación con otras sustancias, y eso es lo que realmente es perjudicial.
Las principales reacciones que provocan en nuestro organismo son alteraciones en el sistema respiratorio como tos, sensación de asfixia o picor nasal; e irritaciones en la piel y/o los ojos. Aun así, se sabe que una exposición más o menos prolongada a estas sustancias representa un riesgo importante para la salud, que puede derivar en enfermedades mucho más graves.