Todas las células de nuestro cuerpo necesitan magnesio para sus funciones. Tener la cantidad necesaria nos aporta muchos beneficios para la salud
El magnesio es un mineral esencial para la salud y el buen funcionamiento del organismo. Tiene que ver principalmente con el sistema nervioso, cardiovascular y locomotor, que son tres de los aparatos más importantes de nuestro cuerpo.
Normalmente siempre lo hemos obtenido a través de la alimentación: verduras, legumbres, frutos secos, etc. estos lo conseguían de la tierra y nos lo transmitían directamente al cuerpo al consumirlos; pero en las últimas décadas se ha detectado una bajada importante de la cantidad de magnesio en el suelo, por lo que no absorbemos tanto como el que nos sería necesario. Además, otros hábitos como el consumo de alcohol, algunos medicamentos o el estrés, también hacen que este mineral disminuya.
Para re-equilibrar los niveles necesarios de este mineral podemos empezar a aplicarnos aceite de magnesio a la piel. Es el mejor método para absorberlo correctamente ya que se dirige directamente a los vasos sanguíneos que lo repartirán por todas las células del cuerpo, y es más rápido que ingerirlo en cápsulas ya que el proceso de digestión es mucho más complejo. Nuestra piel absorbe sólo la cantidad que necesita, dejando lo restante en la superficie, sin peligro de accedernos.
Se aplica sobre la piel limpia, después de la ducha, haciendo un pequeño masaje a las zonas más afectadas y se deja secar de forma natural. La primera vez que lo utilizamos, es mejor hacerlo en una zona pequeña para comprobar que nos es beneficioso.
Esta práctica nos será muy beneficiosa ya que rápidamente notaremos un aumento de nuestra energía y vitalidad, un alivio de muchos de los dolores más comunes, el fortalecimiento de nuestro sistema inmunitario, entre otras mejoras. Se debe añadir que el magnesio es un agente antiinflamatorio y antibacteriano, y que regula los niveles de glucosa en sangre, calidad muy apreciada para los diabéticos. Estos son algunos de sus principales beneficios:
-Para la piel: la hidrata, rejuvenece y fortalece, además de aliviar algunos problemas comunes como alergias, quemadas de sol, etc. Limpia los poros y evita la formación de acné ya que ayuda a regular la formación de grasa. En algunos casos, también puede reducir el acceso de olor de algunas personas. Acelera la cicatrización, aunque no es aconsejable aplicarlo directamente sobre las heridas.
-Para los músculos: los relaja, reduciendo la sensación de fatiga y aliviando la mayoría de problemas habituales, como las rampas o los espasmos. Además, hace que mejore la calidad de nuestro sueño y reducimos la ansiedad y el estrés.
-Para las piernas y pies: reduce la fatiga y mejora la circulación sanguínea. Ayuda a eliminar talones agrietados, durezas y callos, y a prevenir varices.
-Para los huesos: los fortalece ya que ayuda a una mejor asimilación del calcio, es antioxidante.
-Para las articulaciones: trabaja para su buen funcionamiento, mejora los síntomas de la artritis y de otras enfermedades relacionadas.
-Para la boca: se puede mezclar una cucharada con el agua de enjuagar la boca después de limpiarnos los dientes. Calma las encías, fortalece los dientes y disminuye la formación de placa. No es recomendable ingerirlo ya que tiene efectos laxantes.