Cómo los residuos de materia orgánica se convierten en compost, qué ventajas ofrece la microbiología y qué factores influyen
El compost es el resultado final de un proceso más o menos largo de transformación de la materia orgánica. Está pensado para reducir la cantidad de residuos generados y para revolver a la tierra los beneficios que ella nos da. El proceso consiste en ir acumulando los residuos orgánicos en un contenedor de compostaje o compostadora para que empiece su descomposición. En el caso de la utilización de Elgan®, el proceso es más rápido y fácil ya que se añaden una comunidad de microorganismos beneficiosos que presentan una serie de características y ventajas:
-No hace falta remover la materia: El proceso de degradación de los residuos precisa oxígeno, por eso el compostaje convencional necesita que se remueva la materia para conseguir aire “nuevo”. Si utilizamos Elgan®, en cambio, esta tarea no será necesaria ya que se obtendrá el oxígeno necesario, además de desprender el dióxido de carbono y los líquidos sobrantes.
-No se desprenden malos olores: los microorganismos patógenos que causan los malos olores quedan controlados y sin posibilidad de expandirse ya que el medio está colonizado por las bacterias beneficiosas.
-Se acelera el proceso de descomposición: los microorganismos activan las funciones de la materia acelerando el proceso. Se puede conseguir un buen compost en tan sólo 12 semanas, e iremos reduciendo el número de días a medida que iremos cogiendo experiencia, hasta las 8 semanas.
-Se reducen plagas: las bacterias beneficiosas se ocupan de tener los animales controlados (moscas, gusanos, etc.) haciendo que el proceso sea igual de eficaz y mucho más agradable.
-El compost final estará libre de patógenos
-Entre otros
Por otro lado, hay distintos factores que influyen durante el proceso, así que siempre hablamos en términos generales y sabiendo que cada caso puede resultar un poco diferente:
-La materia: evidentemente los ingredientes que incorporamos a nuestro compost son muy importantes. En general, podemos decir que se puede incorporar todo lo que sea orgánico, a poder ser cortado en trozos pequeños y lo más variado posible. Tenemos que tener en cuenta la cantidad de agua que llevan los ingredientes, y aceleramos el proceso si los depositamos cortados en trozos pequeños.
-La temperatura: Los microorganismos patógenos no son capaces de ganar terreno con temperaturas altas, pero debemos tener en cuenta que si aumentase demasiado también podríamos perjudicar microorganismos que nos son favorables. En nuestro caso, utilizando Elgan® en un contenedor de compostaje, podemos asegurar que la temperatura difícilmente superará los 40ºC.
-La humedad: es importante tener en cuenta la porosidad de la materia que compostamos, así como la cantidad de líquido que puede desprender. Normalmente se conseguirá un buen equilibrio entre Elgan® que es líquido y el serrín. Para tener una idea, se debería mantener sobre un 60%. En cambio, el compost acabado tendría que estar alrededor del 40%. Si se sobrepasa este límite, no habrá suficiente oxígeno para completar el proceso correctamente, y si se está demasiado por debajo, la descomposición costará más.
-El PH: los microorganismos necesitan entre un valor de 6 y 7,5. Teniendo en cuenta que incorporamos Elgan®, lo más probable es que se mantenga dentro de este intervalo.
-Entre otros
Si tenemos en cuenta todos estos factores y a base de experiencia, conseguiremos producir un compost de gran calidad, en poco tiempo y de forma muy fácil. No dude en consultarnos su caso concreto.