¿QUÉ ES UNA FOSA SÉPTICA O POZO NEGRO?

Explicamos qué es una fosa séptica, su mantenimiento y en qué puede ayudar la microbiología

 

Una fosa séptica o pozo negro es un espacio creado para tratar las aguas residuales de una vivienda aislada, que normalmente no tiene acceso al sistema de alcantarillado. Es muy frecuente en masías y otras edificaciones que se han convertido en viviendas privadas o alojamientos rurales, por ejemplo.

En sus orígenes, se trataba simplemente de un agujero en el suelo, suficientemente alejado del hogar para evitar los malos olores. Este sistema acostumbraba a provocar muchos problemas como la no descomposición de todos los restos, la penetración en el suelo de sustancias nocivas, la atracción de animales, etc.

Actualmente, los sistemas han mejorado muchísimo para minimizar todos estos problemas y se puede escoger entre una gran variedad de fosas sépticas. Distinguimos en primer lugar las que son de obra y las prefabricadas, mucho más ligeras y económicas; y en todo caso, qué materiales la componen (hormigón, plástico, fibra de vidrio…) ya que es el elemento más importante para valorar su aislamiento.

Un buen aislamiento nos asegurará la solución a muchos de los problemas más habituales, aunque siempre deberemos tener un mantenimiento adecuado, que variará en función de la efectividad de la fosa. El mantenimiento puede ser tan simple como añadir productos regularmente, para combatir los malos olores y ayudar a la descomposición de la materia orgánica que se encuentra en el agua residual, o requerir una inversión más elevada de tiempo y dinero.

Normalmente los productos que se utilizan no son suficientemente efectivos y se deben realizar vaciados y limpiezas bastante frecuentes. Además, muchos de los problemas habituales como los malos olores no desaparecen, y se va dañando la fosa hasta que se deberá cambiar por una de nueva.

Esto pasa cuando la materia orgánica y otros restos no se descomponen correctamente y van obstruyendo el sistema.  La frecuencia de estos vaciados dependerá siempre de los productos que utilizamos y de la cantidad de gente que hace uso de la casa, pero suelen recomendarlos cada dos o tres años.

La limpieza a fondo de una fosa séptica ayudará a mejorar su funcionamiento y a alargar su vida útil, pero si utilizamos productos realmente efectivos como son los basados en la microbiología como Elgan®, el vaciado no tiene por qué ser una práctica necesaria.

La incorporación de productos microbiológicos al mantenimiento de la fosa es una buena solución para minimizar los problemas y, hasta llegar a eliminar la necesidad de vaciados. Muchos de los clientes que los utilizan aseguran que es el método más eficaz para eliminar los malos olores, acelerar la descomposición de los residuos, y reducir el coste y la frecuencia de los vaciados y limpiezas.

Eso es porque la comunidad de microorganismos que convive en la fosa acostumbra a ser mayoritariamente patógena, ya que proviene de aguas residuales que contienen sustancias tóxicas provenientes de los detergentes, lejías, desinfectantes, etc. que se consumen en casa. Estos elementos nocivos eliminan los microorganismos beneficiosos que encontraríamos naturalmente en el medio y destruyen su equilibrio.

Así pues, si añadimos los productos microbiológicos adecuados, los microorganismos beneficiosos se verán reforzados frente a los patógenos, devolviendo el equilibrio correspondiente al medio. De esta manera, los primeros podrán desarrollar mejor sus funciones, y los segundos estarán controlados y neutralizados.