El compostaje y el cubo para residuos orgánicos tipo Bokashi son las dos mejores opciones para cerrar el ciclo de vida de la materia orgánica doméstica
Los restos de materia orgánica son uno de los residuos que generamos más habitualmente en nuestro hogar, y también de los que se puede sacar más partido. Así como los demás residuos aspiran simplemente a ser reciclados, la materia orgánica puede convertirse y revolver beneficios a la tierra. Se dice que su vuelta al suelo, de donde proviene, es la mejor forma de cerrar su ciclo de vida.
Se estima que el 37% de todos los residuos que generamos son materia orgánica. Es un gran porcentaje que ofrece una solución en el mismo domicilio, sin necesidad de suponer gastos de transporte ni de tratamiento de reciclaje.
Se puede optar por dos opciones, cubo tipo Bokashi o compostaje, dependiendo del tipo de domicilio que tengamos. Si tenemos la suerte de disponer de un huerto o jardín ecológico, la mejor opción será el compostaje. Actualmente, también empiezan a existir zonas de compostaje comunitario donde todos los habitantes de un pueblo o de un conjunto de bloques de pisos compostan de forma conjunta. Si por contra, no tenemos ninguna zona verde en casa, podemos optar por utilizar un cubo para residuos orgánicos tipo Bokashi.
La primera opción es la más conocida. Se trata de adquirir un compostador o contenedor de compostaje y ponerlo en el huerto o jardín. Allí iremos vertiendo la materia orgánica que producimos y dejaremos que el proceso haga su curso. Una buena manera de iniciarse en el compostaje es hacerlo de la mano de la microbiología ya que es una técnica muy sencilla que nos aportará muchas ventajas.
Si no disponemos de este espacio, existe una alternativa para gestionar los residuos de materia orgánica en la misma cocina. Se trata de los cubos para residuos orgánicos, donde se depositarán los restos de materia orgánica y con la ayuda del salvado de trigo fermentado Bokashi se realizará un proceso de hidrólisis que dará como resultado un líquido que llamamos lixiviado. Este fertilizante líquido se podrá utilizar para regar las plantas y para limpiar las tuberías y evitar obstrucciones. Su funcionamiento también es muy sencillo, y no se tendrá ningún problema de malos olores ni de plagas.
Así pues, dependiendo del espacio del que disponemos nos decantaremos por la más adecuada de las dos opciones, teniendo en cuenta que siempre hay una solución para aprovechar los restos de materia orgánica en casa.