Cubos para residuos orgánicos Bokashi (2x16l)

66,55

Dos cubos para la gestión de los residuos orgánicos domésticos. Se extrae un lixiviado que podemos utilizar para regar nuestras plantas, jardines y huertos, así como para limpiar las tuberías del hogar. Además de una materia orgánica muy rica en nutrientes que podremos convertir en compost mediante otro proceso.

 

Descripción

Los cubos (2 unidades) para residuos orgánicos Bokashi están cerrados herméticamente para que se realice correctamente el proceso anaerobio. No existen malos olores, así que podemos tenerlos en la cocina o en cualquier zona de nuestro hogar, para facilitar su utilización, sin ningún inconveniente.

Leer más

Información adicional

Peso 3266 g
Dimensiones 54 × 33 × 27,5 cm

Modo de empleo

Se depositan los restos orgánicos cortados en piezas pequeñas: verduras, cortezas de fruta, restos de pasta, arroz, pan, lácticos, etc. Las semillas y huesos tardan mucho en descomponerse, se tienen que evitar las etiquetas que se pueden encontrar pegadas a la piel de la fruta, por ejemplo. Cuanto más variada sea la materia prima, mejor será el producto final.

Añadir unos 20g de Bokashi por encima de los residuos para acelerar el proceso y evitar la putrefacción y los malos olores. Cada pocos días extraer el lixiviado mediante el grifo de la parte inferior del cubo. Se deben mezclar unos 30-50ml de líquido por cada litro de agua para regar las plantas, ya que la fermentación hace que se trate de un abono líquido muy concentrado. También se puede utilizar para tirarlo en los desagües. Se eliminaran los malos olores y las tuberías quedaran limpias, sin posibilidad de atascos y obstrucciones.

Se recomienda colocar entre 8 y 10 piezas de cerámica alter-entorn en la rejilla de la parte inferior del cubo por si aparecen malos olores desprendidos del lixiviado acumulado.
Es habitual que el abono líquido huela ligeramente ácido y que tenga una capa blanquecina en la parte superior. Puede utilizarse durante todas las épocas del año en las plantas domésticas. Se recomienda especialmente dos semanas antes de la siembra en horticultura.